Construcción del significado de ser adulto

Construcción del significado de ser adulto

Autora: Jessica Mejia Nabor

Asesora: Patricia Westendarp Palacios

Resumen

Esta ponencia muestra los resultados parciales de una investigación realizada en el estado de Querétaro, en la cual se hizo un recorrido sobre la construcción social e histórica del concepto de adultez. Las definiciones encontradas señalan características que se han vuelto la norma para ser adulto, sin embargo, en el siglo XXI, se están reconfigurando sus significados ya que existen tensiones entre ser adulto tradicional y ser joven, creando así nuevas formas de ser adulto.

Palabras clave: Adultez tradicional, adultocentrismo, construccionismo social, otras formas de ser adulto, significado.

Introducción

Dentro de la sociedad se dice que el adulto es la persona que tiene una madurez tanto física como psicológica que le permite tener responsabilidades y obligaciones (económicas, sociales, familiares, entre otras). Existen diferentes teorías que hablan sobre las etapas de la edad adulta, que biológicamente va de los 30 a los 40 años de edad. Éstas explican que un adulto es alguien estable que tiene como prioridad un matrimonio, trabajo e hijos y socialmente se concentra en el trabajo, la política y su responsabilidad jurídica.

Además, bajo una lógica de consumo, se ha propiciado prolongar la juventud y están surgiendo a los que llaman “chavo-rucos”. Personas entre 25 y 40 años que pareciera se comportan como adolescentes y no siguen los estándares de adultez, pero que son independientes, tienen responsabilidades y obligaciones económicas que un adolescente no tiene.

Sin embargo, no todas las personas que transitan la adultez se encuentran en una visión o en la otra, sino que avanzan de maneras diferentes, generando así, otras formas de ser adulto. Por lo tanto, el objetivo de esta investigación fue conocer cómo se construye el significado de ser adulto en personas de 25 a 40 años de edad que no cumplen con los estándares establecidos desde una visión tradicional de adultez.

Adultez y adultocentrismo

La definición de la Real Academia de la Lengua dice que ser adulto es cuando la persona alcanza la plenitud de crecimiento o mayor grado de perfección. A partir de una búsqueda en distintas disciplinas como la psicología, la sociología y la etimología, Adam (1970) menciona las características que debe tener un adulto: ser reconocido favorablemente en sociedad, tener un estatus laboral estable, ser responsable, independiente y tener madurez social. Esta última implicaría ser activo y productivo en sociedad.

Además, Duarte (2016), a través de un recorrido histórico, describe cómo se ha construido la imagen del adulto como aquello que es deseable, perfecto y que todo individuo debe alcanzar. Define al adultocentrismo como

Una categoría de análisis que designa un modo de organización social que se sostiene en relaciones de dominio entre aquello que es forjado como adultez, impuesto como referencia unilateral, respecto de aquello que es concebido como juventud (también niñez y adultez mayor). (…) [Sujeto] en función del deber ser, de lo que ha de hacerse y lograr, para ser considerado en la sociedad, según unas esencias delimitadas en el ciclo vital (pág. 44).

Por otra parte, Sánchez (2007) menciona que en las nuevas generaciones, las personas de 25 a 35 años que se encuentran transitando la adultez, se están preocupando cada vez más por sí mismas y cuidar su imagen se ha convertido en algo esencial para tener éxito dentro de la sociedad. Estas personas viven en un sector socioeconómico medio alto ya que les permite tener un alto nivel de compra que utilizan en ellos mismos y adoptan una forma de vida individualista y consumista. Toman como una imposición el tener que ser un ejemplo a seguir, o ser una autoridad, para otras generaciones. A partir de esto, se aspira prolongar la juventud con la esperanza de evitar dicho conflicto. Desde una lógica de mercado se les ha catalogado como “chavo-rucos” o “adultescentes” ya que se les atribuyen aspectos retomados de una visión tradicional de juventud, como: la irresponsabilidad, el seguir en la escuela, no independizarse de los padres, etcétera.

Moreno (2012) considera que los adultos tienen como principales preocupaciones la imagen, el individualismo y el consumismo que se convierten en esenciales para obtener éxito tanto personal como socialmente. Descubre que las personas que no desean asumir la adultez son

Evasivos frente a la responsabilidad y toma de decisiones, a la vez que añoran la etapa de la adolescencia; teniendo en cuenta que algunos tuvieron que asumir una posición adulta desde muy jóvenes, así mismo quisieran ser menos rígidos en el papel de profesionales, padres y adultos (pág. 44).

El autor señala que existe una mirada negativa hacia la adultez pues los individuos sienten que les ha sido impuesta; para ellos es una carga el tener que ser un ejemplo a seguir de las generaciones más jóvenes. En contraste ven la adolescencia con nostalgia al no tener responsabilidades ni pérdida de la vitalidad o la salud.

Pero es importante considerar en qué medida afecta el contexto actual en el camino para que una persona de clase media se trasforme en un adulto tradicional o tenga un estilo de vida que llevan los “adultescentes”. Desde la instauración del neoliberalismo en México, los trabajos son cada vez menos estables y las vidas se han vuelto más precarias (Bourdieu, 1988). Consecuentemente, en la mayoría de las ocasiones, no es posible para una persona el mantener una casa y/o tener una familia propia, por lo cual muchos optan por no salir de la casa de sus padres, seguir estudiando después de concluir una licenciatura, no tener hijos, entre otras situaciones.

Otro aspecto a tener en cuenta es la juventud, considerando que es la etapa que el adulto estaría intentando prolongar. Bourdieu (1990), describe que existe una lucha entre las generaciones de mayor edad y las más jóvenes. Esto debido a que los jóvenes podían pretender la sucesión al poder de los adultos. De la misma forma, los jóvenes representaban al adulto una etapa en la que podían hacer más cosas físicamente, por ejemplo, el deporte ya no era lo mismo para las generaciones mayores. En este sentido, el adulto llegaba a pensar que se estaba quedando atrás al no poder hacer cierto tipo de cosas que conllevaban mayor energía física.

Este autor menciona que la juventud no es algo dado, sino que es algo que se ha construido socialmente debido a esta lucha entre jóvenes y viejos. De esta manera se ha constituido un referente en cuanto a lo que se le atribuye a un joven, como la irresponsabilidad, el cabello largo, andar en motocicletas o estar en la escuela rodeado de más jóvenes.

En este sentido, aquellos que logran prolongar su estadía en la escuela, podrían prolongar también su juventud. Esto es alcanzado en su mayoría por la población burguesa, ya que, al contrario de las clases populares, pueden pagar con mayor facilidad la escuela.

Alpízar y Bernal (2003) mencionan que la juventud es el momento cronológico en el que una persona adquiere los valores y habilidades que la llevarán a una vida adulta productiva. De esta forma, se prepara para el mundo del trabajo, el matrimonio y la paternidad.

La juventud es concebida como un “status” que se adquiere a través de la adecuación de los individuos a determinadas actividades socialmente definidas. Desde este punto de vista, podrían haber personas cronológicamente jóvenes pero que, no obstante, no desarrollan su juventud; o bien, adultos que desarrollan comportamientos típicamente juveniles (pág. 6)

Performatividad

A partir de lo anterior, resulta significativo hablar sobre la performatividad que es un concepto retomado desde la teoría de Judith Butler y que permitió ver cómo se representan las cuestiones de género y generaciones dentro de la adultez.

Este concepto consiste en la argumentación de que la esencia de género es una apariencia que se ha construido a través de actos corporales reiterativos. La performatividad actualiza normas desde la repetición y regulación de estos actos. Para Butler, la performatividad “debe entenderse como la práctica reiterativa y referencial mediante la cual el discurso produce los efectos que nombra. (…) Ese poder reiterativo del discurso para producir los fenómenos que regula e impone” (1933, pág. 34).

Cabe destacar que al hablar de performatividad no se trata de actos que las personas elijan o no hacer, sino que es a partir del discurso y la reiteración que éstos se producen, el hecho de que “esta reiteración sea necesaria es una señal de que la materialización nunca es completa, de que los cuerpos nunca acatan enteramente las normas mediante las cuales se impone su materialización” (Butler, 1933, pág. 18). Por lo tanto no se puede decir que las personas deciden un día ser jóvenes y otro ser adultos, sino que a partir de sus actos se ven como uno u otro.

También, se puede pensar que las nuevas generaciones no están obedeciendo a las expectativas o los discursos que se han dicho sobre lo  que debe hacer un adulto, sino que transitan la adultez de formas diferentes. En este sentido, un hombre adulto con pareja puede elegir ser quien cuida la casa y la mujer puede ser proveedora; el adulto puede elegir no tener familia, puede no querer tener un trabajo estable o puede seguir estudiando.

En consecuencia una persona que biológicamente está en la adultez, pero que performa como un joven, puede encontrarse en confusión, cuestionándose si es adulto o es joven y viceversa. Al tener características de los dos grupos etarios y situarse en un punto medio, es donde hemos encontrado tensiones en las formas de ser adulto.

Con lo anterior, se encuentran cambios en lo que se ha constituido como lo adulto, no todas las personas que transitan la adultez se mantienen en la visión tradicional o en la visión de “chavorruco”; también pareciera que se está desdibujando la línea entre lo que se ha construido sobre lo que es ser joven o ser adulto. A partir de esto las personas avanzan de maneras diferentes y se están generando otras formas de ser adulto.

Método

De acuerdo a lo antes mencionado, el objetivo fue conocer cómo se construye el significado de ser adulto en personas de 25 a 40 años que no cumplen con estándares establecidos desde una visión tradicional de adultez. Se utilizó la metodología cualitativa y el método lingüístico para el análisis de los resultados.

Para el acercamiento a campo, se diseñó y aplicó una entrevista semiestructurada a 12 personas de entre 25 y 40 años con los siguientes criterios:

            Que tuvieran:

  • Entre 25-40 años. Ya que es la edad en la que el adulto se encuentra en su mayor plenitud teniendo estabilidad laboral, madurez social y una familia propia (Monreal, Marco, & Amador, 2001).
  • Trabajo. Desde una visión de adulto tradicional, se piensa que la persona de esta edad ya tiene un trabajo estable y que es, además de la crianza de los hijos, una de sus principales motivaciones (Monreal, Marco, & Amador, 2001). Desde la perspectiva de “adultescente” se dice que el adulto que se encuentra en esta etapa, pero que no tiene una familia propia, es individualista, consumista y se preocupa sólo por su imagen (Sánchez, 2007). Sin embargo, nos cuestionamos si, a partir de que la vida se ha vuelto más precaria debido a las políticas neoliberales, un adulto puede aspirar a tener un trabajo estable y si éste se encuentra en sus principales motivaciones.
  • Licenciatura terminada. Oliveira y Mora (2008), al igual que Bourdieu (1990), consideran que es más fácil prolongar la juventud para una persona que ha seguido con sus estudios hasta terminar la licenciatura. Igualmente, es importante considerarlo ya que al terminar la licenciatura se puede seguir en un ambiente universitario con posgrados.

Que no tuvieran:

  • Casa propia o se encuentre pagándola. Oliveira y Mora (2008) mencionan la importancia que tiene el independizarse de casa de sus padres para que una persona pueda pasar a la adultez. En este sentido, al no tener una casa propia o estable, podría regresar a casa de sus padres.
  • Ni quisiera hijos ni matrimonio: Ya que tanto del hombre como de la mujer, se espera que en esta etapa esté criando a sus hijos y se dice que es una de sus principales motivaciones (Alpízar Díaz, 2005).

Los entrevistados firmaron un consentimiento informado en el que se les mencionó la confidencialidad de sus datos personales y las entrevistas duraron alrededor de una hora.

El acercamiento a campo fue realizado en dos fases. En un primer momento se entrevistaron a cuatro personas de 30 a 35 años y a una de 40. A partir de los resultados obtenidos en donde los entrevistados mencionaron que se cuestionaron la adultez a partir de los 25 años, se entrevistó a cuatro personas de 25 a 29 años y a cuatro de 35 a 40 años con el fin de ahondar en esta población.

Resultados Preliminares

De los 12 entrevistados:

  • Solamente 3 se consideran adultos, otros 3 se consideran jóvenes y el resto se sienten confundidos entre ser adultos o ser jóvenes.
  • 3 de 25 a 29 años, quisieran tener hijos y/o matrimonio en, por lo menos, 10 años; el resto no lo desea en ninguna etapa de su vida.
  • 3 rentan departamento y el resto sigue viviendo con sus padres.
  • Todos mencionan que les gustaría ganar más dinero para poder cumplir sus metas (viajar, regresar a la escuela, salir de la casa de sus padres, comprar un auto, tener un negocio propio, ente otras).

Sobre los significados de ser adulto

Los entrevistados significan la adultez a partir de la libertad o independencia que tienen para hacer las cosas y de la madurez, la cual es tomar las decisiones correctas para cada uno de ellos.

Adultez tradicional

Ven al adulto como una persona seria, madura,  no tiene tiempo de ocio, es alguien que sabe comportarse y es consciente de lo que hace, no tiene permitido fallar, es completamente independiente, tiene casa propia, tiene uno o dos hijos y matrimonio. Tiene muchas responsabilidades y muchas preocupaciones.

“Una persona con estabilidad económica, empleo formal o tal vez un negocio, con familia, con hijos, con responsabilidades pues ya de formar un patrimonio y una persona que se dedica a eso a vivir para no sé, tener hijos, mantenerlos y educarlos” (Fabián).

“Una persona que tiene muchas, muchas, muchas, muchas, muchas, muchas, muchas, muchas pero muchas responsabilidades y pocos gustos y pocos placeres, sí mucha responsabilidad, mucha restricciones para pedir ayuda” (Sandra).

Otras formas de ser adulto

Para ellos ser adulto no es lo que la gente espera, sino lo que ellos van creando. En este sentido buscan tener un trabajo que no sea monótono, conocer cosas nuevas, seguir formándose académicamente, no tienen tantas responsabilidades y su prioridad no es tener hijos ni casarse sino el cuidado de sí mismo y viajar, que es algo muy importante que pueden hacer como adultos.

  • “A pesar de que yo soy un adulto, por la edad, no me considero como tal adulto. O sea, ni joven tampoco. Porque no tengo tantas responsabilidades, no tengo tantos compromisos” (Mario).

Expectativas de ser adulto o adulta

Al preguntar a los entrevistados si existe alguna diferencia entre lo que se espera de una mujer adulta y un hombre adulto, todas las mujeres respondieron que sí de manera automática, por otra parte, solamente dos hombres reconocieron que ésta existe, sin embargo les costó ejemplificarlos.

Principalmente se espera de un hombre adulto que se case y que trabaje para mantener a su familia.

“De un hombre, pues qué se espera. Que ya tenga una familia y que sea el pilar. Que sea el que mantiene. Entonces yo creo que si en este punto yo creo que no hay nadie que diga “ah pues sí una familia de adultos ahorita, sí donde la mujer trabaja y el hombre cuida a los hijos”, yo creo que todavía no hay alguien así… o sea sí a lo mejor hay gente que piensa así o que no lo ve mal, pero yo pienso que sigue, en nuestra sociedad sigue habiendo mucha gente que espera que todo sea como ha sido desde siempre que la mujer esté en la casa cuidando a los hijos y el hombre trabajando” (Raúl).

De una mujer adulta se espera que se case o mínimo que tenga pareja lo antes posible para empezar a tener hijos, ella debe querer tenerlos. Además, que tenga una buena imagen y, en caso de que trabaje, se le exige más en cierta medida.

“He visto mucha justificación hacia ciertas actitudes de los hombres que no hay para mujeres. Repito yo pensando que ya como civilización habíamos avanzado, de repente ves cada revés que dices “híjole qué mal plan”, pero sí es mucho más aceptable un hombre soltero a esta edad o más grande, por ejemplo, pongamos un lapso 30-35, es mucho más aceptable un hombre soltero que una mujer, mucho más aceptable un papá soltero que una mamá” (Sandra).

“Sí se espera la típica fórmula la casa, la camioneta, los hijos, el trabajo y la boda. Y la verdad que sí eh, suena anticuado pero la verdad que sí me ha pasado mucho, preguntas de “¿cuántos años tienes? No pues tanto. Ay te ves de menos, ¿pero estás soltera? No ¿Estás casada? No. Ah, ¿tienes hijos? No. O sea, ¿pero sí tienes novio?” ¡O sea la pregunta ya es como preocupado!” (Sandra).

Conclusión

Con lo anterior, pudimos dar cuenta de que existen tensiones entre ser adulto tradicional, ser joven y/o construir otras formas, éstas suceden desde los 25 hasta los 40 años de edad. En la mayoría de las entrevistas pudimos encontrar momentos en los que se definían como jóvenes y otros en los que se veían como adultos, sin embargo les costaba mucho asumirse dentro de la adultez.

Aún no hemos nombrado la categoría de otras formas de ser adulto, sin embargo, tomando en cuenta la manera en que los mismos entrevistados lo nombran, podríamos llamarles adultos jóvenes, entendido no como forma evolutiva, sino adjuntando la palabra joven significada como aquello que les permite ser adultos sin todas las características que la sociedad espera de un adulto.

Referencias

Alpízar Díaz, W. (Octubre de 2005). Hacia la construcción del concepto integral de adultez. REVENF: Revista Enfermería Actual en Costa Rica(10), 1-14.

Alpízar, L., & Bernal, M. (noviembre de 2003). La construcción social del as juventudes. Última década(019), 1-20.

Amigot, P. (2005). Relaciones de poder, espacio subjetivo y prácticas de lilbertad: análisis genealógico de un proceso de transformación de género. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Barcelona: Departamento de Psicología Social.

Bourdieu, P. (1988). Neoliberalismo: la lucha de todos contra todos. Recuperado el 6 de Junio de 2017, de El Clarín: http://old.clarin.com/diario/1988/04/13/i-01603d.htm

Bourdieu, P. (1990). La «juventud» no es más que una palabra. En P. Bourdieu, Sociología y cultura (págs. 119-127). México, D.F.: EDITORIAL GRIJALBO, S.A.

Butler, J. (1933). Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del «sexo». Buenos Aires: Paidós.

Elejabarrieta, F. (1997). El Método Lingüístico. Barcelona, Dpto de Psicología de la Salud y Psicología Social: Universidad Autónoma de Barcelona.

Monreal, M. d., Marco, M. J., & Amador, L. V. (2001). El Adulto: Etapas y Consideraciones para el aprendizaje. Eúphoros(3), 97-112.

Oliveira, O., & Mora, M. (julio-septiembre de 2008). Desigualdades sociales y transición a la adultez en el México contemporáneo. Papeles de Población, 14(57), 117-152.

Sánchez, C. (2007). Adultos que viven una segunda adolescencia. Recuperado el 27 de enero de 2017, de El Universall: archivo.eluniversal.com.mx/notas/437053.html

 

Dictamen

Artículo: PRÁCTICAS DE CUIDADO EN MUJERES JÓVENES FRENTE A LAS VIOLENCIAS DE GÉNERO EN LOS ESPACIOS PÚBLICOS

A: DE FORMA

  1. Título:

Verificar si se ajusta al contenido del trabajo. Evitar las siglas y acrónimos. La extensión máxima será de doce palabras. Si expresa el contenido central del texto.

 Tiene 16 palabras, pero no podría tener menos.

 

 

  1. Resumen:

Debe contener: breve introducción, objetivo o propósito, método, hallazgos y conclusiones principales; con una extensión máxima de 250 palabras.

 

Tiene 461 palabras. Tiene una contextualización que puede ser parte de la introducción y parece innecesaria.

 

  1. Palabras clave:

Deben reflejar el contenido principal del trabajo, y facilitar la consulta electrónica.

 

Tiene cinco palabras clave que reflejan el contenido principal del trabajo.

 

  1. Coherencia interna del trabajo:
  2. a) Examinar la relación existente entre objetivos, metodología, resultados y conclusiones.

 

  1. b) verificar la organización de secciones y sub-secciones. Los títulos de las secciones y sub-secciones deben guardar relación con el contenido y la secuencia lógica del trabajo. Evitar el uso excesivo de sub-secciones.

 

La relación entre objetivos, metodología, resultados y conclusiones es pertinente.

Hay muchas sub-secciones.

 

  1. Bibliografía citada:

Pertinente y actualizada. En las referencias sólo debe aparecer la bibliografía citada.

 

Es pertinente y actualizada.

 

  1. Notas:

Sólo deben incluirse aquellas que contribuyan a una mejor comprensión del texto, evitándose el uso excesivo de las mismas.

No hay notas

 

B: De Fondo

Por favor califique el presente artículo de acuerdo a cada uno de los siguientes criterios

Originalidad

Excelente

Muy bueno……………………

Bueno…………………………..

Regular…………………………

Deficiente……………………..

Consistencia teórica

Excelente

Muy bueno………………. ……

Bueno……………………………

Regular………………………….

Deficiente………………………

 

Contribución al avance de la disciplina

Excelente

Muy bueno………….

Bueno……………………………..

Regular……… ………………….

Utilización de fuentes y/o bibliografía                

  Excelente…………………………

 Muy bueno……………………

Bueno…………………………….

Regular……………………………

Presentación

hallazgos, datos y/o resultados

Excelente

Muy bueno……….. ………….

Bueno……………………………..

Regular……………………………

Deficiente….

 

Redacción (claridad, estilo)

Excelente

Muy bueno……………………

Bueno……………………………..

Regular……………………………

Deficiente………………………..                                               

Calificación personal

Considero que el artículo debería ser:

Publicado en su estado actual………

Modificado

No publicado………………………………

Comentario global

La introducción es muy larga, igual que el resumen.

Los resultados pueden ser confusos por la forma de presentación.

El apartado de implicación podría ir como subapartado de metodología.

Modificaciones sugeridas

La ponencia es demasiado larga y hay cosas que hacen confusa la lectura y podrían omitirse.

En partes se habla en primera persona y en otras en tercera.

Hay subapartados en los que parece que ya terminó, pero después continúa.

Revisar en el documento las modificaciones sugeridas.

 

Medicina tradicional mexicana

Autoras:

Eloisa Miroslava Cruz Tovar

Jessica Mejia Nabor

Selhye Fernanda Ramírez Hernández

María Fernanda Vázquez Rodríguez

¿Qué es?

La medicina tradicional es reconocida hoy como un recurso fundamental para la salud de millones de seres humanos, un componente esencial del patrimonio tangible e intangible de las culturas del mundo, un acervo de información, recursos y prácticas para el desarrollo y el bienestar y un factor de identidad de numerosos pueblos del planeta (Bliblioteca digital de la medicina tradicional mexicana, s.f.).

La medicina tradicional mexicana se remonta a las culturas prehispánicas, sin embargo, ha variado en el curso de los siglos, influida por otras culturas médicas occidentales, por factores no médicos de diversas dimensiones (económicos, ecológicos, religiosos). 

Es unsistema de conceptos, creencias, prácticas y recursos materiales y simbólicos destinado a la atención de diversos padecimientos y procesos desequilibrantes” (Zolla, 2005).

¿Por qué regresar a la medicina tradicional?

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Es importante reconocer que la medicina tradicional mexicana no sólo es parte de la cultura por tener su origen en la época prehispánica, sino porque estos conocimientos han sido transmitidos oralmente, de generación en generación, a través también de una enseñaza práctica que implica un modo de vida.

mtpComo ya lo mencionamos, la medicina tradicional mexicana remonta a las culturas prehispánicas. El hecho de que los pueblos indigenas vivieran en distintos territorios causó que su conocimiento en la medicina fuera distinto, por lo que se usaban plantas distintas en cada una de sus tradiciones, pero también tenía que ver con sus creencias (Bliblioteca digital de la medicina tradicional mexicana, s.f.).

Para que alguien pudiera llegar a ser un terapeuta tradicional también era diferente en los distintos pueblos, aunque en general eran personas mayores porque se les consideraba que tenían un mayor cúmulo de experiencia y también se les relacionaba con autoridad. El descubrimiento de la vocación podía suceder en sueños, en el trance provocado por plantas sagradas (peyote, hongos, etc) o a partir de indicios físicos (Zolla, 2005).

pastillasEn la actualidad parece importante reflexionar acerca de cómo llegó la medicina alópata  a México ya que no es casualidad que la medicina tradicional se haya apartado casi por completo de nuestro día a día. Pensemos en las veces que nos enfermamos de gripa, la mayoría, lo primero que pensamos es que una pastilla será lo efectivo para aliviarnos.

Nuestro país fue conquistado por los españoles, eso quiere decir que muchas de las cosas que ahora tenemos y somos pertenecen a occidente. Esto también se ve reflejado en la manera en la que nos expresamos como lo es la siguiente frase que se utiliza para ofender a alguien: “No seas indio”. Ahora sería pertinente pensar en qué efectos tienen esta serie de acciones en nuestra vida diaria. Lo que intentamos describir es que el utilizar plantas se piensa como algo primitivo y que no funcionará, lo cual denigra y refuerza la desaparición de estas prácticas que además remontan de siglos atrás.

tio nachoActualmente el capitalismo se ha intentado apropiar de estas prácticas para venderlas de formas en que puedan ser consumibles por el público. Por ejemplo los productos de belleza e higiene personal hechos a base de ingredientes naturales, incluso algunos medicamentos, mismos que tienen componentes herbolarios.garnier

 

Características de la medicina tradicional

  • Su uso tiene menores efectos secundarios en el cuerpo, en comparación con la medicina alópata.
  • Tienen un costo más accesible dado que se trata de herbolaria mexicana.
  • Los médicos tradicionales tienen años de experiencia y en muchas de las ocasiones sus conocimientos son heredados por sus ancestros. Dada esa experiencia saben cuales son las dosis necesarias así como su correcta aplicación.
  • Tiene alcances y limitaciones, no promete curar todos los padecimientos.
  • Al no prometer curas milagrosas no se experimenta con tratamientos esperando ver resultados que no se pueden lograr.
  • Es 100% natural, por lo que se adapta al ritmo de vida de todos sin afectar las actividades diarias.

 

Plantas medicinales

Árnica 

arnicaSirve como analgésico, desinflamatorio de heridas superficiales y auxiliar en el tratamiento de golpes e infecciones cutáneas. Se puede consumir en té, hacer una pasta para aplicar directamente en el área afectada y actualmente también se vende en pomada, crema corporal o pastillas homeopáticas. Si tienes niños en casa, tenerla siempre a la mano resulta muy útil para tratar moretones y golpes leves.

Estafiate

estafiateSu nombre en náhuatl, «iztauhyatl«, significa «agua de la deidad de la sal”. Por vía oral es útil para tratar diarrea, gastritis, parásitos intestinales y vómito. Sirve para tratar padecimientos respiratorios como anginas, bronquitis, catarro, resfriado y tos se emplea frotado, inhalado o en gárgaras.

 

 Valeriana

valerianaSus efectos sedantes la convierten en una alternativa natural para tratar los nervios y el insomnio. También se puede aplicar en fomentos o aceites directamente sobre la piel para aliviar el dolor de pecho, espalda, reumas y heridas. Generalmente se consume en infusiones, aunque actualmente también se vende en pastillas.

 

 

Espinosilla 

espinosillaEsta planta se utiliza para tratar los síntomas de desórdenes digestivos como indigestión, dolor e inflamación del estómago, y vómito. También sirve para evitar la caída del cabello, mejorar su aspecto, combatir la caspa y el cabello graso.

 

Rhodiola rosea

Aunque no es propia de la medicina tradicional mexicana, la Rhodiola rosea se ha utilizado para mejorar el rendimiento físico, la productividad en el trabajo, la longevidad, la resistencia al mareo producido por las alturas y para el tratamiento de condiciones como fatiga, depresión, anemia, impotencia, problemas gastrointestinales, infecciones y desordenes del sistema nervioso. Se ha utilizado también tradicionalmente para aumentar la fertilidad y para tratar resfriados, tuberculosis y cáncer en ciertos poblados de Asia central.

Si te interesa conocer más acerca de los beneficios de la medicina tradicinal puedes consultar la siguiente información:

Bibliografía

Adultez y paternidades

Introducción

Desde que empecé mi investigación sobre la Construcción del Significado de ser Adulto,  he retomado diferentes perspectivas sobre lo que ha sido definido como adultez. Biológicamente, una persona es adulta al cumplir 30 años de edad, sin embargo, de acuerdo a entrevistas realizadas, encontré que las personas tienen inquietudes entre el ser joven o ser adulto desde que cumplen 25 años.

Tradicionalmente se dice que un adulto debe tener una estabilidad económica y mental, ya es una persona madura que tiene grandes responsabilidades sociales, es un ejemplo a seguir para otras generaciones y tiene una familia propia. Así pues, aunque convertirse en padres ha sido retomado como una de las etapas más importantes para la transición a la adultez, no se puede afirmar que una persona es adulta solamente por tener hijos.

En este sentido, podría ser cuestionable qué sucede cuando un adolescente se convierte en padre, si ya puede ser considerado un adulto o no; así como con las personas que por edad son vistas como adultas, pero que no se piensen como tal.

¿Crisis de adolescentes o crisis de adultos?

Este estudio, realizado en Medellín, Colombia, hace una descripción sobre lo que jóvenes y adultos piensan sobre el ser adulto. En primer lugar, se menciona que ser adulto es lograr una estabilidad emocional, lo cual le permite ser responsable y tener la capacidad para cumplir con deberes establecidos por la sociedad.

A partir de que se realizaron 20 entrevistas semiestructuradas a10 jóvenes (de 15 a 26 años) y 10 adultos (entre los 27 y 50 años) de ambos sexos, además de un test proyectivo, se obtuvieron los siguientes resultados:

  • En la etapa de adultez se obtiene la capacidad para tomar decisiones y la independencia. Para los jóvenes, éstas son pruebas de que ya se es adulto.
  • Los adultos afirman que no ejercen un acompañamiento a sus hijos por falta de tiempo y factores laborales, esto los hace sentir culpables. Además presentan una autoridad insegura, frágil, temerosa y poco creíble.
  • Existe una necesidad de los jóvenes por tener un acompañamiento constante del adulto que se tiene como referencia para que guíe y apoye en la toma de decisiones.
  • Los adultos cada vez se preocupan más por su imagen propia y son individualistas.
  • Las personas de menor edad tienen temor por enfrentarse a la sociedad al sentirse desprotegidos por su familia.
  • Existe una crisis de autoridad de los adultos hacia los jóvenes.

En conclusión, Moreno (2011) nota una necesidad de replantear las teorías, en ocasiones basadas en el ideal, de lo que constituye un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones y comprueba la falta de la figura adulta insuficiente en el cumplimiento de su función “paterna” o “materna”, tanto afectivamente como en el papel de autoridad.

Paternidad adolescente y transición a la adultez: una mirada cualitativa en un contexto de marginación social

Realizado en Monterrey, Nuevo León, este artículo muestra los resultados obtenidos a partir de una investigación realizada con hombres adolescentes que se han convertido en padres. Si bien, fue un estudio realizado con personas de ambos sexos, se resalta la importancia de retomar al varón en el tema de la paternidad, pues ha sido invisibilizado a través del tiempo.

Se hicieron observación directa, una entrevista grupal a cuatro hombres y doce entrevistas a profundidad, con las cuales se resalta que los varones significan el convertirse en padres como algo mejor a estar de vagos, rateros o drogadictos. Su tiempo de fiesta se termina y comienza una responsabilidad muy grande que es mantener a su familia. En este sentido, entrar a la paternidad, lo hace tener responsabilidades de adulto.

Así, el sentido que le dan a ser padre, tiene que ver con una visión tradicional de ser proveedor, trabajador y sostén de familia. Además de que los entrevistados comentan que no quisieran que sus hijos tuvieran las carencias económicas que ellos llegaron a tener cuando eran niños, desean poder brindarles un sentimiento de seguridad y amor.

Conclusiones

Al revisar estas dos realidades, puedo concluir que al cambiar las formas de ser adulto, también cambian las formas de ser padre y madre. Sin embargo, el contexto tiene mucho que ver, pues, mientras que en Monterrey se sigue viendo al padre de una manera tradicional como proveedor del hogar, en Medellín se están transformando las visiones y los jóvenes preferirían tener un referente al cual poder seguir.

La adultez sigue siendo algo complicado de estudiar, de cuestionar y de transformar. Yo puedo decir que ahora existen distintas formas de ser adulto, pero los jóvenes siguen esperando del adulto un ejemplo a seguir que no les genera sentido si no se trata de una visión tradicional.

Referencias

De Jesús-Reyes, D., & Cabello, M. L. (2011). Paternidad adolescente y transición a la adultez: Una mirada cualitativa en un contexto de marginación social. Ibefórum. Revista de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoaméricana, 1-27.

Moreno, N. D. (enero-junio de 2012). ¿Crisis de adolescentes o crisis de adultos? Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 3(1), 37-46.

Diálogo y panoramas discursivos

Revisamos esta lectura para el Tópico Exploraciones de psicología social en discursos sonoros de hoy; y dispositivos para llevar consigo. Lo primero que nos dijo el profesor fue que era muy pertinente hablar de diálogo y discursos en el tópico porque de eso se trataba, preguntó si alguien lo había pensado y nadie respondió. La verdad estábamos algo dormidos en ese momento. ¿Por qué leemos lo que leemos? Yo pienso que a estas alturas, octavo semestre de Psicología, ya sólo leemos por tarea y no debería ser así. Pero eso es algo de lo que tal vez escriba después.

De esta lectura recupero tres cosas importantes, la primera es que el diálogo es una construcción que se encuentra en la interacción con otros o con uno mismo, es decir que el monólogo también es un diálogo. Puede ser hablado o escrito. Es algo que se planea y tiene argumentos, pero que debe situarse en un contexto específico, en la intencionalidad con la que se habla y en la forma en que decimos las cosas, o sea su carácter performativo.

La segunda es que el discurso es un diálogo que tiene una referencialidad temporal y para analizarlo no basta con pensar en significado y significante, sino que va más allá de eso, se trata de ver la acción/interacción, el poder, las ideologías y el contexto que están a su alrededor.

Y la tercera es que el diálogo es distinto de la conversación. La conversación es improvisada, puede desviarse del tema central y cambiar a otro en distintas ocasiones, es dispersa, es pragmática en tanto no necesariamente se trata de agotar un tema o resolver un problema; el diálogo, en cambio, es planeado, las intervenciones deben tener pertinencia y tiene una finalidad compartida, es semántico, pues tiene un tema central que debe tener unidad.

Esta última parte es la que más se ha quedado en mí, considerando que yo también pensaba al diálogo como un sinónimo de la conversación, cosa que el autor encuentra inadmitible, aunque sabe que es una idea que se ha ido instaurando con el tiempo y que será difícil de cambiar.

Bibliografía: García, Raúl E. (2008). Diálogo y panoramas discursivos. En El diálogo en descomoposición. México DF: Amapsi ed.